11 M LA GRAN MENTIRA DE AZNAR







El 11 de marzo de 2004 pasará a la historia por la tragedia de Madrid, los cerca de 200 muertos en esa guerra en la que está inmerso el mundo civilizado que lidera Bush (según sus propias palabras), y también por la construcción de una Gran Mentira. El entonces Gobierno  del PP, cuyo caudillo Aznar había aparecido en todas las fotografías de los últimos meses junto a Bush en esa guerra construida para dominar el mundo, intentó ganar tiempo ante unas elecciones generales y así ocultar lo que era una evidencia. Para ello no tuvo reparo en falsificar, manipular y engañar, achacando a ETA y, por extensión a los vascos, la paternidad de lo ocurrido en Madrid. Y en esa tarea encontró aliados para todos los gustos, desde los sectores económicos y políticos habituales, hasta otros más insospechados, reclutados entre
El que fuera máximo responsable de los TEDAX durante los atentados del 11M, los artificieros de la Policía Nacional, Juan Jesús Sánchez Manzano, ha escrito un libro en el que, por primera vez, cuenta su versión completa de lo sucedido y el trabajo desempeñado por su unidad. Desmiente las declaraciones de Aznar cuando próximamente se van a cumplir 10 años de la masacre.


las filas de lo que hasta hacía poco era la disidencia tanto vasca como estatal.
Fue la Gran Mentira, diseñada y construida por quienes obtienen del conflicto vasco las razones de su existencia.

Fue la Gran Mentira de quienes lideraron una guerra que pretendieron sin coste alguno. La Gran Mentira se fraguó siguiendo los cánones tradicionales que Napoleón o Goebbels anunciaron en otras campañas. Acebes, Aznar y Rajoy aportaron su grano de arena pero, en lo fundamental, y tal como denuncia este libro, apenas se alejaron de la norma. Quizás únicamente en el volumen.


A través de las páginas de 'Las bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona', el comisario desgrana los aspectos claves de la investigación y el tratamiento político e informativo de aquellos días para establecer una idea fundamental: Los Tedax descartaron el uso de Titadyne la misma mañana de los atentados, al día siguiente ya estaban convencidos de la vía islamista y, por tanto, si alguien confundió al Gobierno sobre la autoría, no fueron los artificieros de la Policía.

En este libro, Sánchez Manzano explica que "toda la polémica sobre la autoría de los atentados giraba en torno a los explosivos" y, en ese sentido, afirma que el mismo día de las explosiones "los desactivadores de las bombas localizadas en El Pozo y en Atocha, con base a su experiencia, descartaron, esa misma mañana, la explosión de dinamita Titadyne", que era el explosivo utilizado habitualmente por ETA.

Así se detalló en una nota elaborada en la mañana del día 12 por los propios desactivadores: "la masa explosiva era de color blanco marfil. La del Titadyne es rojiza". Para entonces, los Tedax ya tenían conocimiento de otros indicios a partir de los cuales "en esa mañana del día 12 desaparecían las pocas dudas que pudieran seguir existiendo sobre la autoría".

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