Uno, ante la muerte de cualquier persona, piensa inconscientemente en la suya, que al final llegara, con sus luces y sus sombras. Cualquiera que una parte de su vida la dedicó a cambiar una sociedad que no le gustaba, sería un héroe durante la dictadura. Después en democracia tendría sus amigos y enemigos. Con 68 años, he perdido amigos y enemigos, a los amigos los recuerdo y mucho, los echo de menos, creo que vivirán mientras alguien piense en ellos. A los que me hicieron la puñeta, respeto su muerte, ya no son, ni serán. Hoy quiero rescatar que han hecho algunos, con la muerte de Rita Barbera. Rufián sobre Rita Barberá: "Hablar de su gestión política justamente hoy sería poco elegante por mi parte" El portavoz adjunto de ERC en el Congreso aclara que lo único que se puede hacer en el día del fallecimiento de un político es "sumarse al duelo El ex coordinador federal de IU y actual parlamentario en Asturias, Gaspar Llamazares, ha afeado a los dipu